“Si las puertas de la percepción fueran abiertas, las personas verían las cosas como son; infinitas”.
William Blake
Considerado el dios del Rock; el retoño del demonio o simplemente como uno de los artistas más trascendentes dentro de la historia del rock clásico, Jim Morrison o no menos reconocido como “El Rey Lagarto”, fue el vocalista de la banda Californiana, The Doors, cuyo misticismo, vehemencia y tendencia por explorar siempre nuevas cosas, lo llevó al filo de la divinidad.
Morrison, fue un personaje único, quizás uno de los más difíciles de entender debido a su particular forma de ser. Desde sus letras, poemas, filosofía de vida y hasta su manera de pensar o enfocar –talvez distorsionar- la realidad de las cosas.
La llave que abrió la puerta
Inspirado en la célebre frase del escritor inglés William Blake, Morrison, dio por nombre a su banda, The Doors, que traducido al castellano vendría a ser “Las puertas”. Las mismas que éste trataría de cruzar mediante su música para poder presenciar otra realidad o simplemente la verdadera percepción de ellas.
La canción del interfecto
Jim Morrison, dejaría grabado (posterior a su fallecimiento) lo que se convertiría en unas de las canciones más brillantes que el rock clásico puede ofrecer. Ghost Song o La canción del fantasma, es una interpretación musical de uno de los poemas más abstractos creados por Jim Morrison. Sin lugar a dudas; arte en su máxima expresión.